Comportamiento Social
comportamiento social es el conjunto de
acciones de un individuo que van dirigidas a la sociedad en su conjunto o hacia
los miembros de su misma especie. Existen diferentes teorías sobre su origen,
pero en general los investigadores están de acuerdo en que tienen componentes
tanto genéticos como sociales.
El comportamiento social ha sido un tema de
interés y relevancia desde prácticamente los comienzos de la civilización.
Pensadores como Aristóteles creían que comprender y mejorar la conducta social
era algo fundamental para poder convivir en armonía. Por ello, los primeros
filósofos reflexionaban sobre aspectos como la ética y la política, que no eran
más que disciplinas dedicadas a mejorar el comportamiento y la convivencia de
las personas.
Teoría del comportamiento social
A lo largo de la historia se han
desarrollado diferentes teorías sobre la naturaleza de la conducta social y sus
características. A continuación, veremos algunas de las más importantes.
Influencia social
La teoría de la influencia social defiende
la idea de que cuando convivimos en sociedad, es inevitable que influyamos
sobre el comportamiento de otras personas y ellas lo hagan sobre el nuestro.
Esta influencia social se crea mediante diferentes fenómenos, como la
persuasión, la obediencia, la conformidad a las normas y el respeto a las
tradiciones.
Condicionamiento clásico y operante
El condicionamiento clásico es una de las
principales fuerzas detrás de la influencia social. Nuestros comportamientos se
ven modificados en gran medida porque asociamos de manera inconsciente
fenómenos que en realidad no guardan relación entre sí. Esto puede acabar
cambiando nuestra forma de actuar en sociedad de muchas maneras distintas.
Por ejemplo, la exposición constante a
anuncios, series y películas nos llevan a asociar ciertos elementos (como el
sexo, el dinero o la aceptación social) con el bienestar y la felicidad. Esto
hace que cambiemos nuestra conducta social, para intentar conseguir los
resultados que creemos que nos harán sentir bien en función de lo que hemos visto.
Atribuciones Sociales
En
la psicología social la atribución es entendida como el proceso de inferir las
causas de los acontecimientos o comportamientos. En la vida cotidiana, la atribución es algo
que todos realizamos a diario, por lo general sin tener conciencia de los
procesos subyacentes y los prejuicios que conducen a nuestras inferencias.
Por
ejemplo, en el trascurso de un día típico es probable que realicemos numerosas
atribuciones sobre nuestro propio comportamiento, así como el de aquellas
personas que nos rodean.
La familia
Ø Las funciones sociales de la familia son:
- Favorecer el desarrollo afectivo; en esta el niño forma sus emociones de acuerdo al grupo de personas con las que convive.
- Ofrecer las normas básicas.
- Crear el tipo de espiritualidad de acuerdo a las creencias familiares.
- Fomentar la interacción creando espacios donde el niño aprenda a socializar y comunicar con las demás personas (niños, jóvenes, adultos y ancianos).
Ø
- Todos estos derechos y funciones se adaptan de acuerdo al ambiente social en el que se van a promover, dado que los diferentes ambientes familiares son los que se encargan de crear un tipo de familia en específico.
El matrimonio
Los roles y funciones que se le adjudican a los hombres y a las mujeres, dentro del matrimonio, se aprenden en el hogar de origen y en el contexto cultural en que crecimos.
Tradicionalmente, y sobre todo en
nuestra mentalidad latina, el hombre se definió como el proveedor de todo lo
necesario y la mujer como la que se quedaba en casa, encargada del cuidado de
los hijos y de las mil tareas domésticas. Como consecuencia, el hombre
aprendía que no tenía responsabilidades en los oficios domésticos ni en el
cuidado de sus hijos, pues esas eran “cosas de mujeres”. La mujer por su parte,
aceptaba además que ella era la que debía atender al esposo.
El matrimonio es importante
socialmente puesto que, como institución, permite el surgimiento de una nueva
generación y porque crea una red de apoyo y colaboración entre los contrayentes
que favorecerá su supervivencia, no solo material, sino psicológica y
espiritual, ante los desafíos de una época determinada.
Una de sus funciones ampliamente
reconocidas es la procreación y socialización de los hijos (si bien no es
absolutamente necesario casarse para tener hijos, ni todos los matrimonios
heterosexuales los tienen), así como la de regular el nexo entre los individuos
y la descendencia que resulta en el parentesco, rol social y estatus.
Para Solís (1962), en las familias
funcionales se observa una organización. Se entiende por un hogar organizado
aquél que, con independencia de su forma constitutiva, es estable y cuenta, al
menos, con condiciones materiales (de orden y limpieza, así como alimentos y
ropa preparados puntualmente) y morales (de afectuosa unión paternal atención
diaria a los problemas de los hijos). Asimismo, se observa el cumplimiento
puntual de labores intra y extra hogareñas, el intercambio de impresiones, de
atenciones y de apoyo sobre los problemas de todos los miembros de la familia.
Estas familias cuentan con programas de gastos y realizaciones futuras y cada
uno de sus miembros tiene la satisfacción de pertenecer al grupo, sin que haya
un excesivo número de habitantes ni interferencias de extraños en los problemas
internos.
El
divorcio
En la actualidad, divorciarse es una
actividad tan frecuente que algunos sociólogos han concluido que podría
tratarse de un modismo característico de esta época contemporánea. Lo cierto es
que la mayoría de las parejas no evalúan las múltiples consecuencias que el
divorcio trae consigo, tanto para ellos como para los hijos, -si los hay-.
Lo primero que hay que considerar es que a
nivel psicológico el divorcio es un proceso que puede durar meses, años, y en
ocasiones toda la vida, afectando durante ese tiempo la estabilidad emocional
de las personas involucradas, y que, a su vez, está originada por
desequilibrios durante el matrimonio que van intensificándose a través del
tiempo si la pareja no busca ayuda profesional.
Es importante mencionar que cada divorcio
contiene características diferentes que dependen de las personalidades de los
individuos involucrados en el mismo. En sus distintas facetas, el divorcio es
tanto una vivencia emocional, como un acto jurídico regulado por leyes que
conlleva a cambios importantes como un nuevo domicilio.
Aunque parezca incongruente, el divorcio
tiene facetas enriquecedoras y positivas: pretende ser en ocasiones la solución
a una vida de pareja insatisfactoria, permite aprender nuevos modos de relación
(con hijos, excónyuge y posibles nuevas parejas), se libera a los hijos de
vivir en un clima de tensión en el hogar, es una nueva oportunidad para ser
mejores acompañantes, y lo más importante, las decisiones prioritarias que
toman los padres están relacionadas con el bienestar de los hijos.
Consecuencia del divorcio en la
sociedad que a largo plazo.
Nivel Personal
Autoestima afectada, la persona se siente
fracasada y culpable por no haber podido rescatar la relación, calificándose
como incompetente. El entorno tiende a hacer sentir culpable al individuo
explicándole las cosas que debía haber hecho y esto afecta en mayor medida su
autoestima.
Identidad personal afligida, si para la
persona el rol de esposa o esposo eran de suma importancia y se identificaban
con ellos, al perderlos, sienten que se despojan de una parte importante de su
personalidad, por ende, cambia la forma de ver el mundo, el individuo tiende a
tener pensamientos negativos, extremistas, rígidos y depresivos, esto trae como
consecuencia una visión difusa del presente y del futuro.
Nivel Emocional:
Sea cual sea el motivo del divorcio, es
natural que la persona experimente sentimientos intensos, que tienden a cambiar
constantemente; entre las emociones más frecuentes se encuentran: la tristeza o
depresión por pérdidas de sueños, expectativas y amigos, enojo con uno mismo y
con la ex – pareja, culpa, deseos de venganza, alivio, confusión, ambivalencia,
temor al futuro, inseguridad a una nueva vida, miedo a la soledad y
remordimiento.
Nivel Familiar:
La familia cercana se afecta en mayor o menor medida, principalmente los hijos, y se originan ciertas complicaciones: reacciones agresivas contra los padres, depresiones, bajo rendimiento escolar y problema de conducta. Con respecto a la familia política, esta relación puede terminarse o cambiar por los siguientes motivos: ausencia del apoyo e interferencias en las decisiones relacionadas con los hijos.
Informacion Adicional
https://www.actualidadenpsicologia.com/atribucion-psicologia-social/
https://www.psicologosmexicodf.com/psicologia/el-divorcio-un-universo-de-cambios/
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